According to a founding myth, Awaji is said to be home to the first kamis – Shinto deities inhabiting the elements – who gave birth to the Archipelago. A return to the origins that suits the project of Zenbo Seinei, a new kind of wellness temple nestled in a dense forest reached by a winding road, offering glimpses of the sea at every turn. Immersed in the canopy it barely overlooks, the architecture on stilts, as light as it is imposing, seems to float among the treetops. Somewhat disconcerting due to its stripped-down style, Zenbo Seinei is a place to be experienced through the senses: the intoxicating scent of cypress, the warm tones of ubiquitous wood, the softness of the seats in the library space, and above all, the constant interaction with the trees through expansive, all-encompassing windows.
It beckons visitors to step onto the open deck that crowns the building, the focal point of the premises. Here, in line with one of the key principles of Zen Buddhism, harmony of the mind and body is cultivated. Three sessions of yoga or meditation combined with exercises to improve posture – one of the coaches, Naoko Matsumoto, is a former dancer trained in the Alexander Technique – are part of the experience, which is also lived at the table. The chef pushes the traditional temple cuisine to its limits: here, no sugar, no wheat, no oil is used.
Instead, the master, a fermentation genius, creates gastronomic compositions based on fermented tofu, fragrant miso, marinated vegetables, poached in broth, or even smoked. The delicate, harmoniously arranged bites make up a world of unfamiliar flavors to be explored with mindfulness, using chopsticks. After returning from the large footbath designed like a stone garden, one will forget to set an alarm clock. The rustling of the forest will be enough.
Prices start at €4280 for 14 days/11 nights (including flights, accommodations, and visits). El proyecto de Zenbo Seinei es un nuevo tipo de templo de bienestar que se encuentra en un denso bosque al que se llega por un camino sinuoso, ofreciendo vistas al mar en cada giro. Inmersa en la frondosidad que apenas supera, la arquitectura en pilotes, tan ligera como imponente, parece flotar entre las copas de los árboles. Un tanto desconcertante debido a su estilo reducido, Zenbo Seinei es un lugar para ser experimentado a través de los sentidos: el intoxicante aroma del ciprés, los cálidos tonos de la madera omnipresente, la suavidad de los asientos en el espacio de la biblioteca, y sobre todo, la interacción constante con los árboles a través de amplios ventanales.
Aquí, en consonancia con uno de los principios clave del budismo zen, se cultiva la armonía de la mente y el cuerpo. Tres sesiones de yoga o meditación combinadas con ejercicios para mejorar la postura son parte de la experiencia, que también se vive en la mesa. El chef lleva la cocina tradicional del templo hasta sus límites: aquí, no se utiliza azúcar, trigo ni aceite. En su lugar, el maestro, un genio de la fermentación, crea composiciones gastronómicas a base de tofu fermentado, fragante miso, verduras marinadas, cocidas en caldo o incluso ahumadas.
Los delicados y armoniosamente dispuestos bocados componen un mundo de sabores desconocidos para explorar con atención, utilizando palillos. Después de regresar del gran baño de pies diseñado como un jardín de piedras, se olvidará de poner el despertador. El murmullo del bosque será suficiente. Los precios comienzan en €4280 por 14 días/11 noches (incluyendo vuelos, alojamiento y visitas).