French harpsichord workshops continue to make and restore instruments according to traditional methods. It’s like a time machine. But it’s actually in a 21st-century workshop that Marc Ducornet welcomes us, surrounded by the smell of dry wood and hot glue.
The delicate operation that will determine the sound quality of this new instrument is crucial, and it’s on the order book of the famous instrument maker. He is well-known because with ten workers and about twenty units produced per year, Marc Ducornet’s workshop is a hub in the world of harpsichord making. There are only 200 counterparts around the world, for almost as many performers.
Los talleres franceses de clavecines siguen fabricando y restaurando instrumentos según los métodos tradicionales. Es como una máquina del tiempo. Pero en realidad, es en un taller del siglo XXI donde Marc Ducornet nos recibe, rodeado del olor a madera seca y pegamento caliente.
La delicada operación que determinará la calidad del sonido de este nuevo instrumento es crucial, y está en el libro de pedidos del famoso fabricante de instrumentos. Es bien conocido porque con diez trabajadores y alrededor de veinte unidades producidas al año, el taller de Marc Ducornet es un centro en el mundo de la fabricación de clavecines. Solo hay 200 homólogos en todo el mundo, para casi la misma cantidad de intérpretes.