Time has come for the assessment, but the numbers don’t add up. *Sent to Antakya * His back hurts.
There’s also this foot, pulled out from under the ruins of his building, which looks “like a toast”. A year of sleeping under a tarp, on the ground, but Gülsen Arza’s first thought is about laundry.
“Our leaders, for sure they can hang their laundry inside on beautiful clotheslines,” jokes the young woman, whose layers of sweaters hide her figure. Tarps and insulated shopping bags did the trick, until torrents of rain fell, “like in Brazil”.
This is what life should look like under the tropics: with such humidity, nothing dries. El momento ha llegado para el balance, pero los números no cuadran.
*Enviado a Antakya* Su espalda le duele. También está ese pie, sacado de debajo de los escombros de su edificio, que parece “un trozo de pan tostado”.
Un año durmiendo bajo una lona, en el suelo, pero el primer pensamiento de Gülsen Arza es sobre la ropa sucia. “Nuestros líderes, seguro que pueden colgar su ropa dentro de casa en hermosos tendederos”, bromea la joven, cuyas capas de suéteres ocultan su figura.
Lonas y bolsas de la compra aisladas cumplieron su función, hasta que cayeron torrentes de lluvia, “como en Brasil”. Así es como debería ser la vida bajo los trópicos: con tanta humedad, nada se seca.